Los mejores bonsais para tu jardin
El arte del bonsái es una técnica milenaria que proviene de Japón y China. Consiste en cultivar árboles miniatura manteniendo su forma natural, pero reduciendo su tamaño mediante técnicas de poda y formación. Aunque generalmente se piensa en el bonsái como un elemento para interiores, hay muchas variedades que prosperan en jardines. Gracias a la información que nos ha facilitado Busco jardín os podemos presentar los mejores bonsáis para el jardín.
- Junípero (Juniperus): El junípero es, sin duda, uno de los bonsáis más populares para exteriores. Son muy resistentes y pueden soportar temperaturas extremas, tanto frías como cálidas. Sus hojas perennes y sus formas tortuosas lo convierten en un espectáculo visual durante todo el año.
- Pino negro japonés (Pinus thunbergii): Este árbol es una de las opciones favoritas para quienes practican el arte del bonsái. Su corteza gruesa y sus agujas largas ofrecen un atractivo especial. Requiere pleno sol y buen drenaje para crecer adecuadamente.
- Arce japonés (Acer palmatum): Conocido por sus impresionantes hojas que cambian de color con las estaciones, el arce japonés es ideal para quienes buscan vistosidad. Durante el otoño, las hojas se vuelven de tonos rojos y anaranjados que adornan el jardín de manera espectacular.
- Olmo chino (Ulmus parvifolia): Este bonsái es apreciado por su corteza que, con el tiempo, adopta una apariencia moteada. Es resistente a plagas y enfermedades, lo que lo convierte en una excelente opción para principiantes.
- Haya europea (Fagus sylvatica): El haya es conocida por su corteza lisa y sus hojas que varían de verde a cobrizo. En el arte del bonsái, es valorada por su capacidad para crear densos follajes.
Nuestro bonsái favorito
El Ficus Ginseng es una variedad de ficus muy popular y apreciada en el mundo del bonsái debido a su tronco grueso y retorcido y sus hojas verdes brillantes. «Ginseng» es una palabra china que significa «raíz», y este ficus recibe su nombre por la similitud de su tronco y raíces con la tradicional raíz de ginseng utilizada en la medicina china. A continuación, te proporciono información detallada sobre esta planta:
Características principales:
- Apariencia: El Ficus Ginseng se caracteriza por tener un tronco robusto y abultado, con raíces que a menudo se muestran sobre el suelo, dando una apariencia de «raíz expuesta». Sus hojas son pequeñas, de un verde oscuro y brillante.
- Origen: Esta planta es originaria del sudeste asiático y otras regiones tropicales.
Cuidado del Ficus Ginseng:
- Luz: Prefiere la luz brillante e indirecta. Es importante evitar exponerlo directamente a la luz solar intensa, ya que esto puede quemar sus hojas.
- Riego: Al igual que otros ficus, el Ginseng no necesita ser regado con excesiva frecuencia. Es crucial permitir que la tierra se seque entre riegos. Si se riega en exceso, las hojas pueden comenzar a caerse.
- Temperatura: Esta planta prefiere temperaturas cálidas y no tolera bien los cambios bruscos. Es aconsejable mantenerlo alejado de corrientes de aire y ventanas con corrientes frías durante el invierno.
- Poda: Para mantener su forma y estimular un crecimiento más denso, se puede podar el Ficus Ginseng. Elimina las hojas amarillas o dañadas y corta las ramas que crecen demasiado rápido para mantener la forma deseada.
- Trasplante: Si las raíces comienzan a crecer fuera del contenedor o si la tierra parece agotada, es posible que sea necesario trasplantarlo. El mejor momento para hacerlo es durante la primavera.
- Fertilización: Durante la temporada de crecimiento (primavera y verano), puedes alimentar al Ficus Ginseng con un fertilizante líquido para plantas de interior cada dos o tres semanas.
Curiosidades:
- Aunque es popular como bonsái, el Ficus Ginseng no es un bonsái tradicional en el sentido estricto. Su apariencia es el resultado de la injertación de hojas de ficus en raíces de ginseng.
- Es conocido por su capacidad de purificar el aire, eliminando toxinas comunes como el formaldehído y el benceno.
Consejos para el cuidado de bonsáis en el jardín:
- Ubicación: Aunque los bonsáis mencionados son aptos para exteriores, es vital protegerlos de vientos fuertes y exceso de sol. Encuentra un lugar en el jardín donde reciban luz indirecta la mayor parte del día.
- Riego: La frecuencia de riego dependerá del tipo de bonsái y del clima. Es esencial no dejar que el sustrato se seque completamente. Utiliza una regadera de lluvia para mojar el suelo de manera uniforme.
- Poda: La poda es esencial para mantener la forma deseada y controlar el crecimiento del bonsái. Realiza podas regulares y elimina las ramas no deseadas.
- Fertilización: Asegúrate de alimentar tus bonsáis con un fertilizante adecuado durante la temporada de crecimiento. Consulta con expertos o tiendas especializadas para elegir el mejor fertilizante para tu árbol.
- Trasplante: Cada cierto tiempo, es necesario trasplantar el bonsái a una maceta más grande para permitir un adecuado crecimiento de las raíces. El trasplante también proporciona un sustrato fresco y rico en nutrientes.
Los bonsáis no son solo para interiores. Con el cuidado adecuado, pueden ser puntos focales impresionantes en cualquier jardín. Ya sea que te inclines por el clásico junípero o por el llamativo arce japonés, asegúrate de proporcionarles el amor y la atención que merecen. Tu jardín, sin duda, se verá realzado con la adición de estos magníficos árboles miniatura.