Metaldehído: El slugicida se convierte en un veneno

Los caracoles y las babosas son grandes enemigos del huerto: con un clima húmedo y no demasiado soleado proliferan, y esto puede causar muchos daños a los cultivos. El peor daño lo causan las hortalizas de hoja, especialmente las ensaladas, y las plántulas jóvenes, que pueden sufrir daños irreversibles al ser defoliadas.

Los métodos para combatir estos moluscos son diferentes, por pereza, desafortunadamente, muy a menudo se elige el camino más fácil, esparciendo en el jardín el químico asesino de caracoles. El cebo granulado es un método que funciona bien para matar babosas, pero hay que tener cuidado porque implica una serie de contraindicaciones en cuanto a la contaminación y es muy peligroso para los animales domésticos.

Antes de utilizar este plaguicida, es aconsejable averiguar qué consecuencias tiene en el huerto y sus tiempos de carencia, también es útil informar a los amigos y conocidos que pueden utilizarlo sin conciencia. También hay algunas alternativas naturales que vale la pena descubrir, incluyendo un mata caracoles orgánico.

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  • El metaldehído azul gránulos slugicide

    • El período de escasez
    • Una precaución
  • Envenenamiento de animales
  • Alternativas al metaldehído
  • El slugicida biológico

Granulado azul de metaldehído gránulos de babosa

Los caracoles más comunes en el mercado son productos basados en metaldehído, un compuesto químico venenoso presentado en gránulos de color azul o verde agua. Además del metaldehído, el fitofármaco contiene un conjunto de harinas destinadas a atraer caracoles, generalmente son las proteínas las que se tragan los mariscos. El principio es el del cebo: sólo hay que distribuir los gránulos aquí y allá en el jardín para que los gasterópodos vayan a comerlo y mueran. La fórmula ha sido estudiada para que el mata caracoles sea resistente a la lluvia y tenga una buena duración, esto garantiza varios días de protección al jardín pero también prolonga el tiempo que el veneno permanece en nuestro suelo. Obviamente en el cultivo orgánico este tipo de plaguicida no está permitido y en general debe evitarse por razones de sentido común.

Una cosa importante que hay que saber es que el metaldehído es un veneno nocivo especialmente para los animales domésticos como perros y gatos, su uso en el jardín los pone en gran peligro.

La toxicidad no se limita a la ingestión, sino que también pasa por el contacto con la piel, aunque en menor medida. Por esta razón debe ser manipulado con guantes y no es necesario poner las manos en el suelo donde se ha esparcido el cebo granulado.

El período de escasez

En el envase de cada comprimido de babosa se indica el período de escasez: son los días que se debe permitir que pasen del uso del producto al consumo de las verduras. A menudo el tiempo indicado es de 20 días, un período de tiempo absurdo para las cosechas rápidas como las ensaladas, que prácticamente llegan a la cosecha.

Lamentablemente, los centros de jardinería siguen recomendando con demasiada frecuencia productos de metaldehído sin reservas, omitiendo las consecuencias que pueden acarrear. La mayoría de las personas que utilizan el cebo granulado no se preocupan por el período de escasez, y por ignorancia esparcen el cebo incluso justo antes de la cosecha.

Una precaución

Quien quiera hacer un huerto orgánico debe renunciar al metaldehído, sin compromiso. Si alguien no está convencido de hacerlo, hay una precaución útil para limitar el daño del veneno: el dispensador de la Trampa de Lima. Este simple sistema evita el contacto directo entre los gránulos venenosos y el suelo, la cubierta superior evita que la lluvia esparza el producto.

Lima Trap tiene la gran ventaja de limitar el desperdicio de cebo, para ello también se puede utilizar con el mata caracoles biológico (opción recomendada).

El envenenamiento de animales

La intoxicación por metaldehído es una causa frecuente de muerte de los animales domésticos, especialmente de los perros de tamaño mediano y pequeño, a los que pueden intrigar los gránulos azules y a los que basta con ingerir pequeñas cantidades para poner en peligro la vida. También la fauna local, si está presente en el área, está en peligro de extinción por este pesticida.

Los síntomas de envenenamiento ocurren dentro de un par de horas después de la ingestión y consisten en convulsiones, taquicardia, temblores, diarrea.
No hay antídotos que puedan salvar al animal, debe ser llevado al veterinario con urgencia.

Alternativa al metaldehído

Renunciar al metaldehído no significa que el jardín sea comido por caracoles, también hay métodos naturales que permiten proteger los cultivos, hablamos en detalle en el artículo sobre cómo defender el jardín de las babosas.

En pequeña escala, la defensa puede basarse en barreras hechas con sustancias polvorientas y también en la recogida manual de caracoles, un sistema que con demasiada frecuencia se subestima. Otro buen método son las trampas de cerveza, simples y efectivas.

También existe un asesino biológico de caracoles, que puede sustituir al convencional con igual eficacia.

El asesino biológico de caracoles

Para aquellos que tienen poco tiempo y no quieren probar su mano en defensas naturales que requieren constancia y tiempo, también hay un asesino biológico de caracoles en el mercado.

Son gránulos de color similares a los del plaguicida venenoso tanto en apariencia como en eficacia.

Este cebo permitido en la biotecnología se basa en el fosfato férrico, una sustancia que afecta al sistema nutritivo de los caracoles. De esta manera, puede afectar selectiva y ecológicamente a los gasterópodos. Una vez que el fosfato férrico se degrada en el medio ambiente, deja micronutrientes útiles para las plantas, por lo que enriquece el suelo.

La desventaja de este producto puede estar en el costo, en este sentido es útil el ya mencionado dispensador de Trampa de Lima que alarga su vida y por lo tanto permite un buen ahorro.

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